jueves, 8 de enero de 2009

INTOXICACIÓN POR ESTRICNINA (TRATAMIENTO)



Los objetivos que persigue el tratamiento de la estricnina son:
- Evitar las convulsiones y apoyar la función respiratoria el tiempo suficiente para que el tóxico se haya eliminado del organismo.
- Prevenir la asfixia y realizar cuidados de apoyo.
- Aunque la mayor parte de profesionales contraindican el uso de eméticos para vaciar el estómago argumentando que el propio mecanismo muscular desencadenado por el mismo puede provocar una crisis convulsiva, hay ciertos autores que los usan con cautela controlando las convulsiones previamente siempre que el animal esté consciente.

Dentro del tratamiento podemos englobar cinco puntos importantes:

a) Descontaminación:
- Lavado gástrico con solución salina hipertónica. Existen dos alternativas a ésta, usar solución acuosa al 2% de ácido tánico (ayuda en la precipitación del tóxico) o solución de permanganato potásico al 1:1000 o al 1:5000 (facilita la destoxificación mediante oxidación). También se puede proceder a realizar un enema abundante con suero salino fisiológico.
- Administración de carbón activado (2-5 g/kg P.V.) con agua o suero fisiológico tras el lavado. Además, es necesario asociar al mismo algún catártico para evitar el estreñimiento que produce; los más recomendados son sulfato sódico, solución de sorbitol y sulfato de magnesio (250 mg/kg P.V v.o.).
* En caso de inducir el vómito, en perros se puede utilizar apomorfina (0.04mg/kg i.v.; 0.08mg/kg subc. o 1-2 gotas de la solución inyectable en el saco conjuntival) y acepromazina (0.01 mg/kg subc.). Si se trata de gatos es preferible usar xilacina (0.44 mg/kg i.m.). Aparte de sus efectos como eméticos, la acepromazina es un sedante eficaz en cánidos y la xilacina, además de sedante actúa como analgésico y relajante de la musculatura esquelética. También se puede usar peróxido de hidrógeno al 3% (1-2 ml/kg v.o.), pudiéndose repetir a los 30 minutos si no ha surtido efecto.

b) Tratamiento sintomático:
- Control de las convulsiones refractarias mediante barbitúricos. Los más indicados son el tiopental sódico (60-80 mg/kg i.v.) en félidos y el pentobarbital sódico (20-40 mg/kg i.v.) en cánidos. Actualmente también se está usando midazolam (0.05-0.1 mg/kg i.m.) en asociación con el tiopental, resultando eficaz en cánidos.
- En casos extremos se puede administrar diazepam (0.05-0.1 mg/kg i.v.), que antagoniza las convulsiones sin potenciar la depresión post-ictal.
- Existen otros fármacos utilizados con cierto éxito para controlar las convulsiones en perros, como el gliceril guayacol éter al 5% (110 mg/kg) o el metocarbamol.

c) Facilitar excreción:
- Mediante el uso de furosemida se provoca una diuresis forzada. La alternativa es administrar suero fisiológico con manitol al 5% en solución salina al 0.9%.
- Acidificación de la orina con ayuda de cloruro de amonio (20-30 mg/kg v.o. en félidos y 70-110 mg/kg v.o. en cánidos) dos veces al día.

d) Soporte vital:
- Rehidratar (suero salino fisiológico con dextrosa al 5% o glucosado, Ringer Lactato 1/3 M).
- Oxígeno (respiración artificial à intubación).
- Transfusiones si fuera necesario.
-Control de la función respiratoria (hay que tener cuidado con el midazolam, ya que puede causar depresión respiratoria).

e) Otras medidas complementarias:
- Controlar la temperatura corporal evitando variaciones.
- Disminuir el dolor consecuente (derivados opiáceos: butorfanol, naloxona).
- Mantener al animal en un entorno tranquilo, oscuro y sin ruido durante dos días como mínimo.

Evolución:
El periodo medio de eliminación de la estricnina es de 10 horas; el animal se considerará libre de peligro tras pasar 20 horas con el tratamiento adecuado. De todos modos, la evolución será del todo favorable al pasar 48 horas.

Sin embargo el pronóstico será de reservado a malo cuando existan indicios de acidosis láctica, insuficiencia renal, mioglobinuria, parálisis, asfixia y rabdomiólisis.

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