lunes, 15 de diciembre de 2008

MANEJO DE GRANDES ANIMALES





Filete y Bocado (partes).

Aunque en este apartado me voy a extender analizando métodos de manejo y derribo de animales como los Bóvidos y los Équidos, también mencionaré algunos procedimientos a realizar en caso de tener Suidos o Carnívoros.

En general, este tipo de actuaciones requieren la imbricación de dos elementos importantes: la experiencia del veterinario para evitar producir lesiones al animal y, a la vez, que no se altere el animal psicológicamente, ya que ello podría derivar en problemas a nivel fisiológico.

Al igual que no se parecen los mecanismos entre grandes y pequeños animales, tampoco entre los animales incluidos en cada una de las categorías; los caballos se manejan de modo distinto que las vacas, todo ello debido al uso que tienen, su carácter, su relación con el hombre,… Pero lo que hay que tener en cuenta, independientemente de la colectividad, es si es un animal especial, que suele tener reacciones violentas o si posee algún dolor o afección que pudiera desencadenar algún incidente con el veterinario al realizar su trabajo.

Équidos (y Bóvidos):

Son animales bastante nerviosos a pesar de que estén acostumbrados al hombre. El tratamiento que se le dé implica un mayor o menor nerviosismo.

Para entrar en la caballeriza hemos de hacerlo evitando ruidos y movimientos rápidos y bruscos, máxime si el animal nos extraña. Ello no significa que tengamos miedo al animal o estemos en tensión, todo lo contrario, hay que ser decididos, acariciar al animal e intentar hablarle con un tono de voz suave, porque así se tranquilizan. No debemos olvidarnos que son animales muy voluminosos, cualquier movimiento que realicen, por pequeño que sea, puede lesionarnos gravemente, por esto mismo tenemos que estar en guardia también.

La aproximación al animal se hace por su lado izquierdo, a la altura de la espalda, sin olvidarnos de que si tiene la cara muy tensa, las orejas mirando hacia atrás y “caídas” y moviendo la cola con gran efusividad es mejor alejarse con cuidado, porque está enfadado y puede soltar una coz o "algo peor".

Hay que recordar que nunca debemos mirar fijamente a los ojos del caballo, ya que, al ser éste un animal de presa, cree que le estamos amenazando, denota agresividad por nuestra parte.

Partiendo de todas estas premisas procedemos a la realización propia de la práctica:
Aprender a entrar en la caballeriza.
Poner la cabezada al animal.
Acercarnos y colocarnos a la altura de la espalda.
Aprender a coger las patas delanteras y traseras, para una hipotética limpieza de cascos o cambio de herraduras. Aquí tenemos que sacar al animal de su cama, y lo atamos con una cuerda a los barrotes, siempre dejando un trozo corto y alto, para evitar que se ahogue al intentar meter una mano. El nudo que se hace debe ser fácil de desatar por el veterinario, por si ocurre que se cae el caballo, para evitar que se asfixie.

- Para levantar las extremidades delanteras acariciamos los tendones a la altura de los menudillos, (arriba y abajo). Esto debe ser suficiente para que levante la pata, si no es el caso, empujamos con nuestro hombro intentando desequilibrarlo hacia el otro lado a la altura de la espalda. Después pasamos nuestra pierna contralateral por encima de la suya con el fin de que quede su extremidad entre nuestras dos piernas, por encima de las rodillas. Nuestra posición es con las rodillas flexionadas, los pies hacia dentro y agachados, de modo que nos queden las manos sueltas para poder actuar libremente.
- Si queremos levantar las patas de atrás, realizamos el mismo procedimiento (acariciar los tendones, empujar con el hombro), pero aquí tenemos que empujar también de la extremidad hacia delante (desde nuestra perspectiva) para estirar la pata, de manera que podamos sujetar su extremidad con nuestras dos piernas y con nuestro cuerpo en parte, dejando libertad igualmente a las manos.

Aprender el funcionamiento del torcedor o acial, las mordazas, los trabones, el atapié, el freno alemán, el freno gaucho,…
- Torcedor: se coloca en el belfo superior, provocando un reflejo que unos autores lo califican de analgésico (ya que el animal pone cara de sueño) y otros argumentan que se produce desviación del dolor.
- Freno alemán: funciona parecido al torcedor (es un nudo corredizo en la boca y la nuca).
- Mordaza gaucha: es útil para realizar inyecciones.
Aparte de estos anteriores más usados, también hay otros mecanismos y acciones que podemos nombrar y complementan en este y otros campos:
- Bastón conductor: mantiene una distancia de seguridad entre el animal y el cuidador.
- Collares de bastones: ayudan en el proceso de curación, ya que impiden que los caballos se arranquen las vendas.
- Bozal: tiene la misma utilidad que el anterior y también se usa cuando no queremos que ingieran alimento.
- Mandil de cuero o goma: colocado a continuación de la cabezada inferiormente, evitando que muerdan los vengajes. También se usan en el momento de la cubrición, ya que protegen al manso de una posible coz por parte de la hembra.
- Tapar los ojos: muy útil cuando queremos que el caballo se tranquilice y deje trabajar mejor al veterinario.
- Subir o bajar la cabeza: dependiendo de la extremidad que se esté explorando, impide en cierta medida que levante la extremidad.
- Si el animal está viendo lo que el veterinario le está haciendo no se asusta tanto y le deja hacer más fácilmente que de la otra forma.
- Uso de narigones, tenazas o anillos nasales, mochetas (de Harms, Haake, Reetz,…).

Los trucos más usados son:
- Bajar la cabeza cuando se actúa sobre la extremidad delantera.
- Subir la cabeza cuando se actúa sobre la extremidad trasera.
- Cargar peso hacia la derecha, evitando que dé una coz hacia ese lado. Le levantamos la izquierda de paso, y viceversa.
- Coger pliegue de piel (dolor). No se mueve y se le distrae de otra actuación que se le esté haciendo.
- Taparle los ojos.
- Tirar de la cola, se está más quieto, aunque si es listo, puede dar alguna coz. Es muy usado en potros.

La sujeción de las extremidades se realiza:
- tenemos que especificar que los caballos se sostienen muy bien sobre bípedos diagonales, por lo que, si quieren dar una coz, aún cuando ello implique que caigan al suelo, lo harán;
- utilizamos atapié: es una cuerda que la atamos a la pata y al propio antebrazo de la misma, quedando suspendida en el aire;
- uso de trabas, que atan una mano a la otra contralateral o a un pie.

Materiales para el derribo, torcedores y trabones.
- Necesitamos un correaje especial de derribo, compuesto por cuatro collares colocados en el menudillo de las extremidades, llamados trabones. Éstos llevan una anilla por la que puede pasar una cuerda, mediante la cual, al tirar de ella, se juntan las extremidades y el animal pierde el equilibrio y cae.
- Trabón clásico (portalazos): se coloca más fácilmente, pero hay que quitarlo.
- Trabón inglés: más difícil de colocar, pero al dar un tirón a la cuerda cae solo.
- En caso de no tener trabones podemos arreglarnos con una cuerda y una argolla.
- Lo importante es que el trabón portalazos debe colocarse en una extremidad anterior, porque soportan más peso y son más difíciles de desplazar. Es por ello más fácil de mover las extremidades posteriores hacia la parte de delante (remeterlas), ya que soportan menor peso y se flexionan mejor por los corvejones. La extremidad anterior donde coloquemos el trabón será la contraria al lado que queremos que caiga el animal.

Para realizar un derribo hay que aplicar cuatro fuerzas:
- en la cabeza hacia el lado del derribo (evitando torcerla en caballos, aunque no en vacas);
- en la cola, tirando hacia el lado del derribo;
- en la cuerda que aproxima las extremidades, traccionando hacia el lado contrario del que queremos tirar al animal;
- mediante una cincha y una cuerda atada a la misma, a nivel del pecho, tirando hacia el lado del derribo. También pasando la lazada por la axila del lado contrario del derribo y luego por la espalda.

Los métodos de derribo se clasifican de dulces (usados en general en vacas) y violentos (para caballos), aunque algunos se usan indistintamente.

Dentro de los violentos nos encontramos con:

* Método alemán o berlinés: Consiste en colocar cuatro trabones con anillas, uno en cada extremidad a la altura de las cuartillas, con las hebillas hacia fuera y las anillas hacia dentro, situando en la extremidad anterior del lado contrario del que queremos derribar al animal, el trabón portalazos, ya que, a partir de él se pasará la cuerda a través de las otras tres anillas y luego por la primera anilla. Antes de poner los trabones hay que poner una correa que vaya desde la cruz (por debajo de la extremidad anterior contraria del lado del que se va a derribar) para facilitar la pérdida de equilibrio del animal al tirar de ella lateralmente, aproximando las extremidades con la misma. Un auxiliar sujeta la cabeza, otra la cola y dos o tres cogen el cabo libre de la cuerda de tiro, tras la extremidad delantera. Nada más haber inyectado la sustancia narcotizante se procede al derribo. Para la maniobra de puesta en pie del animal, se suelen abrir primero los trabones que se encuentran debajo del animal, y luego los restantes, teniendo precaución porque se levanta muy violentamente. Es el más usado, especialmente cuando queremos realizar castraciones en machos.

* También se puede hacer este método anterior, pero sin trabón portalazos, atando a la argolla o sin atar, pasando por todo y con un lazo corredizo, es decir, los cuatro trabones se juntan con una sola cuerda de tiro y la platalonga pasa por el centro del cuerpo; a esta modificación se le denomina sistema de Munich.

* Método de Stuttgart: Utilizado cuando se quiere explorar la zona abdominal. Se necesitan cuatro trabones, dos de ellos portalazos. Éstos se colocarán en las extremidades en la anterior derecha y en la posterior izquierda, (por diagonales), en caso de que queramos que el caballo caiga hacia el lado derecho, colocando los otros dos trabones en las extremidades que quedan. Además se requiere una cincha con anillas. Al igual que los dos métodos anteriores, una correa va desde la cruz y pasa por debajo de la extremidad anterior contraria del lado de la caída, ayudando al derribo del animal. Tras el derribo se mantienen unidas las extremidades anteriores y posteriores del mismo lado y aproximadas al tórax mediante las anillas de las cinchas, y las posteriores al vientre. Necesitamos que en cada uno de los extremos tiren oblicuamente dos personas, hacia delante y hacia atrás. Una vez terminado el derribo (tras la operación,…), se suelta primero la atadura del cincho y el animal procederá tumbándose sobre un costado.

* Método Danés: También requiere el uso de cuatro trabones, (dos de ellos portalazos), y una cincha con dos anillas a nivel dorsal y ventral. Si queremos derribar al animal hacia el lado izquierdo, se coloca la cincha con la hebilla hacia el lado derecho y las anillas en la disposición anterior, luego los trabones de forma que los portalazos se sitúen en la extremidad anterior derecha y otro en la posterior derecha; pasamos la cuerda por el portalazos anterior y las anillas del trabón de la extremidad anterior y posterior izquierda para pasarla por la argolla ventral de la cincha; la cuerda procedente del trabón portalazos de la extremidad posterior derecha se pasa por la argolla situada a nivel dorsal, tiramos de las cuerdas a la vez que un ayudante gira la cabeza del animal hacia la derecha, desplomándose el animal como consecuencia. Si queremos mantener estático al animal tras el derribo, fijamos tres extremidades a la anilla ventral (las anteriores y la posterior izquierda) y la restante se aproxima.

* Método de Madsen, usado tanto para ganado vacuno como equino. No “quema las cuartillas” y usa cuerdas. También hay una modificación del mismo añadida por el profesor D. Cristino García Alfonso. Lo detallo a la hora de hablar respecto a derribos dulces en vacas.

* Hay muchas más modificaciones a partir de los anteriores, como los de Gauer, de Cheichowsky o el procedimiento usado por los esquiladores.

Dentro de los derribos dulces:

* Método de Jong: Se utiliza cuando queremos derribar vacas sin cuernos. La cuerda se ata en forma de U alrededor del tórax y abdomen del animal, pasando los extremos de la cuerda por la U a la altura de la línea paravertebral, haciendo presión sobre la columna vertebral al tensar los extremos de la cuerda, derribando con ello al animal.

* Método Italiano: Si colocamos la cuerda por la parte media del animal, sobre la nuca de éste, pasándola por debajo de las extremidades anteriores, cruzándola sobre la espalda y entre las dos patas traseras, y tiramos de las cuerdas hacia atrás, lograremos que el animal caiga. También se le denomina método de Szabó.

* Método de Rueff: En vacas con cuernos, realizamos un nudo en los mismos y, desde ahí, hacemos tres vueltas de cuerda, una a la altura del cuello, otra en el pecho y otra en el vientre; (en caso de no tener cuernos, la primera vuelta se realiza alrededor del cuello). Se tira hacia atrás con dos hombres, uno tirando de cada cabo. También se conoce como método de Hertwing.

* Método de Madsen: Se atan las extremidades anteriores a la altura de las cuartillas, (en forma de ocho), y las posteriores se atan independientemente con dos cuerdas. Pasamos los extremos libres de las cuerdas por debajo de las ataduras y por el lado contrario del que se quiere tirar al animal. Tiramos hacia atrás de los extremos de las cuerdas a ala vez que un auxiliar gira la cabeza del animal y otro tira de la cola hacia el lado que queremos derribarlo.

¿Cómo llevamos a cabo la separación de una extremidad con respecto del tronco?

Es necesaria cuando queremos realizar operaciones en la misma o en la contraria, que se encuentra debajo, o en caso de querer hacer una castración (actuaciones a nivel del bajo vientre).
- Usamos una cuerda, la platalonga o un palo separador. En caso de querer separar una extremidad posterior, ponemos en ella un trabón principal a la altura del metatarso o atamos una cuerda con un nudo alrededor del mismo. Tiramos de la extremidad con la cuerda hacia delante hasta que el metatarso se encuentre “encima” del metacarpo. Podemos colocar entre los dos antebrazos una almohadilla.
- Si se quiere hacer una castración, se coloca una vuelta de cuerda encima de la articulación del calcáneo con el astrágalo de la extremidad cercana (la que se encuentra encima); el cabo libre se pasa entre las extremidades anteriores y por debajo de la cabeza y el cuello, por encima de la cruz y vuelve hasta el menudillo de la extremidad. Desde ahí se ata y se tira desde la espalda, quedando el casco a la altura del codo o de la articulación del encuentro. Tras terminar la intervención, se suelta la cuerda quedando sujeta sólo por el trabón.
- También podemos utilizar un palo separador (bastón), cuya longitud puede ser de unos 100 cm con otros 6 cm de diámetro. En cada extremo del mismo se ha sujetado un trabón. Si lo requerimos para separar extremidades anteriores, se pone primero el bastón en la extremidad posterior más cercana (la de encima), tirando de la anterior correspondiente hacia delante con una cuerda, y colocamos el segundo trabón en el antebrazo de la misma.

Potros de sujeción:

- Muy estresante para caballos. Útil para ganado vacuno, sobretodo en arreglos a nivel de las extremidades y casco.
- El potro ideal debe tener unas características específicas:
* sólo caber un animal;
* perfecto acceso del clínico al animal sin tener que entrar en la estructura;
* suelo no deslizante;
* que no pueda salir el animal, es decir, cerrado por delante y por detrás;
* método de sujeción de la cabeza, para evitar lesiones al moverse;
* debe poder abrirse por los cuatro lados;
* correas y tornos para sujetar al animal;
* sistemas para fijar las extremidades;
* puede tener ruedas para su mejor movilidad;
* contrariamente al anterior punto, también puede ser fijo;
* ej: jaula de tratamiento de bóvidos de Kastner.

Métodos de derribo y sujeción de Suidos:

- Método de Michalik (o lazo para el maxilar superior): se coloca una persona al lado del animal realiza un nudo con la cuerda alrededor de la boca, hasta quedar colocada tras los colmillos. Hace otra vuelta de cuerda por encima de la primera, cierra las mandíbulas y ata a los lados de la mandíbula.
- Si pasamos tras la actuación anterior el extremos libre de la cuerda por debajo de la extremidad posterior contraria del lado hacia el que queremos derribarlo, tirando de la cuerda de abajo hacia arriba, conseguiremos, a la vez que no abra las fauces, que caiga al suelo y luego la posterior inmovilización, mediante fijación de la cuerda con un nudo o dos en forma de ocho.
- Otro método es el de Haake, que consiste en cuatro lazos de cuerda con una argolla de hierro en cada una y el uso de una cuerda de unos cinco metros. Los lazos se colocan por encima de los dedos supletorios y, con la cuerda se juntan las patas del animal, tumbándolo sobre un costado.

Métodos de inmovilización de Cánidos:

- Atamos las mandíbulas del perro con una gasa (cinta no muy estrecha y resistente) de un metro de largo, de forma que el nudo quede debajo de la mandíbula inferior. Después, con los cabos libres, los pasamos por detrás de las orejas, donde volvemos a anudarla.
- En caso de ser intervenciones que requieran que esté de costado o tumbado el perro, cogemos al animal por encima de la espalda y sujetamos las articulaciones carpal y tarsal, y, con nuestros antebrazos presionamos sobre el costado del perro, mientras levantamos las extremidades, perdiendo el animal el equilibrio y colocado sobre el costado que queramos.
- Para sujetar las extremidades, se coloca en una posterior, con un lazo en el centro de ella. Luego se fija a la anterior que se encuentra debajo, después a la posterior de encima y luego a la otra anterior que está encima. Así quedarán superpuestos los carpos y los tarsos.

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